jueves, 29 de noviembre de 2007

Comentario de la destacada poeta uruguaya Selva Casal

A Patricia Pérez Madrid Montevideo, 25 de junio 2007

Buenos maestros hacen buenos alumnos y nuestro poeta y amigo Carlos Penelas, ya lo creo que lo es. En Susurros desde Chiloé hay sinceridad, fuerza, desafío. Y que más? Nos undimos en nosotros mismos, como buzos en un profundo mar. Tratamos de saber algo que no sabenos bien que es. Algunos levantan su voz y se quedan solos y desnudos esperando escuchar el eco de esa voz.
Otros se tiran a morir.
Yo no sé nada y cada vez se menos, es decir no se lo que digo ni lo que hago ni lo que espero. pero me gusta esta rara embriaguez.
Patricia, agradezco mucho el envío de "Susurros desde Chiloé" y deseo para él todo el éxito que merece.
Con cariño
Selva Casal

Comentario revista La Urpila 75

Comentario revista LA URPILA 75

Publicación Julio Diciembre 2006
Correspondencia: casilla 5088- Suc 1
Montevideo-Uruguay.

Susurros desde Chiloé de Patricia Pérez Madrid
Por ediciones Del valle. Buenos Aires, Argentina. 2006. 64 Págs.

He recorrido este libro convenciéndome, línea a línea, que Pérez Madrid escribe necesitando dar rienda suelta a sus opiniones del mundo contemporáneo, confirmando a Antonio Machado cuando dice que “ al poeta no le es dado pensar fuera del tiempo, porque piensa su propia vida que no es fuera del tiempo, absolutamente nada”.
Patricia, sensible a su tiempo, resalta sus pareceres en versos enérgicos y sinceros, seguramente intentando activar en el lector pensamientos a propósito de nuestra cotidianeidad, utilizando el poema para enfrentarnos a los desvíos morales de parte de la sociedad. La autora, mujer de fe, enriquece su poema “ Templo” con palabras bíblicas y versifica un suceso, válido como ejemplo, que ella entiende, merece no olvidarse.

“ EL hijo de Dios
señalando a los mercaderes,
con divina ira
los expulsó del Templo”

En general, en la obra, pareciera que los indeseados deben ser expulsados también hoy.
La primera parte del libro es de protesta por los injustos sociales. La otra mitad se abre con un poema cuyo título- Placidez cotidiana- nos anuncia trabajos más cordiales, poemas de amor y recuerdos a veces placenteros. Ya que Pérez Madrid no cree que vivir sea un oficio fácil, ni supone que todos sus eventuales lectores compartan los contenidos de su creación, sin disculparse nos aclara.

“ Escribo para mí y para otros
iguales a mi…”


Poemario de versos libres, intensos y trasparentes, cargados con la subjetividad de la autora, subjetividad y preferencias que le ganaran adhesiones y disensos, mas no indiferencia.
La poeta nació en Santiago de Chile y reside en Buenos Aires desde hace un lustro. Aunque el dato sea por demás conocido no sobrará recordar que Chiloé es una zona austral meridional chilena. Creo que esta autora es atractiva por la fuerza de su canto poético.
Carlos Pensa

lunes, 26 de noviembre de 2007

Susurros desde Chiloé


Susurros desde Chiloé

Comentarios del libro “ Susurros desde Chiloé”


Patricia Pérez Madrid, poeta chilena residente en Buenos Aires desde hace varios años.
Pérez Madrid reúne poesías de protesta social, expresa con voz tajante el horror de un mundo en descomposición, pero en cuya indignación se respira un profundo lirismo. Exhibe una poesía valiente en su desgarrado clamor, que no elude recurrir a metáforas de honda crudeza.
Surge también de sus letras, la mirada hacia la interioridad y el ser amado, cuya imagen y connotación se despliegan en una emotiva sensualidad.
Demuestra posee una capacidad de síntesis para explayar su sensibilidad, que se visualiza en sus poemas breves.
Patricia Pérez Madrid, logra afortunadamente para la poesía, concretar sus deseos utópicos frente al mar, frente a si misma y comunicarlos al lector con magnifica claridad.
SB

Susurros desde Chiloé

Flotando sobre el canal en mi cuerpo de gaviota,
sorprendí al barco fantasma en su recorrido nocturno
con luces de colores y cantos de sirenas.
Los marineros muertos preparaban las redes en cubierta,
para atrapar los sueños húmedos y continuar tejiendo sus mortajas.



Convertida en piedra suspendida en el aire,
me arrojo hirviendo al fondo de la marmita- tierra.
Apilan sobre mí, envueltos en nalcas,
los mariscos chilotes que sueltan sus jugos
para ser devorados por los bien nutridos
que vivirán tres veces y engendrarán cien hijos.


Chiloé, susúrrame tu melodía triste
de aldea costera en el archipiélago.
Conviérteme en leño robusto y redondo
penetrando tu suelo. En ceremonia mágica
levantaré las casas, navegadas por bueyes,
trasladándolas de pueblo en pueblo.
De un extremo del ovillo de la oveja más verde
tejeré los gorros laneros
para abrigar a los hijos de las doncellas
que miraron los espermáticos ojos del Trauco,
mientras las mujeres, empañueladas las cabezas,
amasan el pan, preparan la chicha de manzana
y un cordero se cocina directo al fuego
ensartado en un palo.


Madre

Madre ¿Dónde te fuiste?
Esa anciana confusa y despeinada
tiene tu cara y tus manos.
Grita, da órdenes contradictorias,
visita lugares inexistentes.


Confusa y despeinada, delgadísima.
Una sonda nasal va directo a su estómago.
Inmóvil en el catre clínico,
quejumbrosa a ratos.
Esa bolsa con orina a medio llenar
me cuenta que tiene insertada
otra sonda en su cuerpo.
La mascarilla de oxígeno
calma el zumbido de su respiración,
la adormece.


Me acerco para encontrarte.
Tus ojos lejanos me recuerdan
tu frase célebre ante el espejo.
“Ñatita ¿Que hago yo dentro de esta vieja?”



Nacer en Buenos Aires



Naceré en Buenos Aires.
Húmeda y expuesta,
gemiré inspirando sus sonidos.

En el cordón sangrante
amarraré mi pasado
adoquinando sus calles
de historias ocultas.

Naceré dos veces
de un maternal zapallo.
Fluyendo del barro,
inundada y fértil.





CARDENAL

“ Cura de mi pueblo
alegre y sencillo,
siempre te recuerdo
como a un buen amigo.”

Que extraños pensamientos
genera tu mente y la de tantos.
Pensamientos rojizos de sangre y de sombra
gritos amordazados,
guardados en catacumbas negras
de dolor, de olvido blanco.
Expuesto a la opinión de los que escuchan
que asienten con aire solemne.
Sin culpas ni remordimientos susurrantes
revoloteando por las noches.

Dijiste Cardenal, que el torturador
arrastraba la culpa
Dijiste, además, que su dolor era
comparable con el del otro
“El castigo del torturador
es el dolor de haber torturado”
¿Que castigo le darías a Jesús
por haberle causado ese dolor
a los que lo crucificaron?

Y el olvido,
las reflexiones sobre tu olvido
orar, perdonar, olvidar, no hablar.
¿La muerte y la tortura
es un mal necesario?
¿Permanecerán ocultos
por los siglos de los siglos?
Tus pensamientos sobre el olvido
ocultan lo recordado.
Olvidar, cardenal,
seria tu fin.
Te mantienes por la memoria
por la presencia omnipresente
en iglesias, en rezos
colgando de tu cuello
y del cuello de tantos
una imagen torturada
de JESUS


Tu trabajo es recordar palabras,
versículos, milagros.
Repetirlos día a día,
por siglos
entre copas, reverencias e inciensos.

Amén










CELIBATO


De noche,
la mano que eleva la hostia,
se desliza culposamente
bajo las sábanas.
Y descendiendo a los infiernos
agita frenéticamente
al demonio.




DENUNCIA


Mujeres de este país, mirando al techo.
Generación entera mirando al techo.
Desnudas mirando al techo.
Piernas abiertas, mirando al techo
buscando una respuesta.




ESTREÑIMIENTO


Me fue negado el placer de eliminar mis deshechos,
sin alternancias, sin réplica.
Un no mudo, silencioso,
sentencia sin tiempo.


Espera angustiosa, inquietante
acumulada por ellos
(mis deshechos)
retorcientes, apremiantes, ruidosos.


Resignada espera
interferida
por mecanismos químicos o vaselinicos.
Espera paralizante,
azulada .
Interrumpida por falsos anuncios
prometedores de éxtasis eliminatorios.
Esperaré.
Tal vez mañana…



MUJER CON UN HIJO DESAPARECIDO


Su amor,
inmenso , sobreprotector.
Agoniza en su alma humeante.
Media alma agoniza,
la otra mitad, espera.







PALESTINA

Me arrodillaré a tu lado.
Sin mirarte a los ojos
te lavaré los pies.
Traeré a cuestas el olivo y la paloma.
Atribulada y silenciosa
te pediré perdón.





PERIODO BESTIARIO


Algo esta mal.
Algo que no encaja.
Un puzzle con sus piezas idénticas.
Un perro dando giros
tras un rabo inexistente.
Un cristal roto.
Un cuadro a medio terminar.


Quizás sea el misterio
o simplemente no hay explicación.
Podrían ser distintas realidades
que se superponen
conviven, no se encuentran.


Realidad parcial,
excluyente mirada en blanco y negro
determinadora de verdades absolutas.
Bestialmente compatible
con la obtención del poder.
Los débiles abusados
se inmolan o se resignan.
El resto baila al frenético ritmo
de la genuflexión.
Impredeciblemente
un hombre valiente
les arroja sus muertos en la cara.


POR UNOS PESOS


El sonido del cierre
le relampagueo en los ojos,
indicándole el camino.


SEXO POR SEXO

El sexo
independiente de la voluntad
es obligatorio.
El sexo
es un derecho y un deber.
La obligación es explorar
el cuerpo.
El placer se avecina frotándose
contra uno mismo o contra otro.
El que no se masturbare
pecaría de omisión.


siglo veintiuno


ola rodando al horizonte
piedra en picada hacia el cielo
machos perforando machos
transpirando polvo
blanqueándose al sol

alimentados por sonda
meando por la cintura
hablando por parlantes
amamantados sin pezón

tetas falsas, culos aspirados
erecciones a control remoto
educados por la caja boba,
respirando mierda

trepar pisando cabezas
a codazos creando espacios
mirando tibiamente a los ojos
miente miente que algo quedara

aceitando suelas de zapatos
cáscaras de plátanos en las esquinas
ocultando trampas con flores frescas
sueldos de blancos en negro
negros en blanco

condena a muerte por portación de rostro
condena a muerte por portación
condena.





























Patricia Perez Madrid

Libro de Poesias " La que llego del Mar"
se presentará a principios del año 2008 en Buenos Aires y Santiago de Chile

Biografía

Patricia Pérez Madrid es una poeta chilena que reside en Buenos Aires desde hace seis años. "La que llegó del Mar" es un poemario en que reúne poesías que reflejan una mirada crítica de la realidad social en la que le ha tocado vivir junto a otras en que expresa sus vivencias más íntimas .En estos tiempos posmodernistas predominan aquellos que evitan contaminar su poesía con las miserias del mundo circundante: el hambre, los abusos de poder, las matanzas de inocentes y tantas otras. Por el contrario, Pérez Madrid quiere que la mayor parte de su esfuerzo poético esté dedicado a subrayar que esas lacras están ahí, a veces sólo latentes y que es tarea de todos disminuirlas y, si fuera posible, erradicarlas. Como señaló la poeta uruguaya Selva Casal en el comentario del anterior poemario Susurros desde Chiloé ( 2006) “ algunos levantan su voz airada y se quedan solos y desnudos esperando escuchar el eco de su voz”
Surge también en sus versos la mirada hacia la interioridad, el ser amado y sus afectos, que ha menudo resulta en una gran vulnerabilidad. Aparecen sus amores más profundos, familiares, fraternales e incluso su querido Negro, el perro que la acompañara durante muchos años.
La mezcla de crítica social y profundo amor a sus seres queridos, pincelados con sutil ironía, es su característica distintiva, que impregna no sólo su poesía sino su personalidad.
Algunos de los poemas de este libro.


Están aquí


Están aquí. Ocultos esperando,
escondidos tras largas vestiduras,
enceguecidos con sus botones brillantes
mirando con desprecio al desposeído,
manipulando leyes.
Esperando.


Por instantes se sacan las caretas
y muestran su piel de lobo
colmillos afilados, gorros ausentes.
Se les suelta la lengua,
exigen mano firme para el unto,
la represión y el saqueo.


¡Cuidado!
No olviden que están aquí
diabólicas crisálidas en hibernación.
Con sus catres metálicos a cuestas.
Sus dedos en el gatillo.
Nuestros nietos con su apellido.


Muchachos del presente
hombres, mujeres.
¡Cuidado!




Hiroshima

Desaparecieron.
El silencio es lo único latente.
Retumba en los muros,
rechazado de un lugar a otro.
Sofocando sol o congelando nieves.
Lo mismo da; desaparecieron.
Árboles, casas, mar.
Las tumbas, los recuerdos.







Latinoamericanos en Buenos Aires


Rasgos andinos,
voces gruesas como sus torsos.
Miradas serias, desconfiadas.
Inmigrantes, como yo.
Como la mulata
sonriente y coqueta
en la tumultuosa fila.

Acúsome de ser chilena
en este mar latino.
Me siento acogida
por sus olores a condimentos,
por la música que les surge de las orejas,
por su candidez esperanzadora.

Latinoamérica partida
escondiendo la placenta
de la voracidad de los perros.
Aún en la desventura
nos miramos como enemigos.
Despreciamos a los indios
a los negros, a los mulatos.
Los blancos negamos ser latinos.
Amarrados a los abuelos españoles,
miramos hacia el norte.